El Economista
El rápido avance de la tecnología está revolucionando la industria del petróleo y abasteciendo al mundo de energía ‘barata’. Los ejemplos son múltiples: reservas de crudo que antes eran inalcanzables porque se encontraban en zonas profundas de la tierra ahora brotan sin descanso; el petróleo de esquisto o shale oil que hace años no resultaba rentable ahora supone una de las fuentes de energía más importantes de EEUU o Argentina; el crudo que se encontraba en aguas ultra-profundas y que hace años era considerado como imposible de extraer, hoy se explota de forma segura y rentable en Brasil, Guyana o África con unos pozos cada vez más profundos. La historia no acaba aquí. Dos de las mayores petroleras del mundo han anunciado hace unas semanas un nuevo avance o logro: la extracción de crudo de un yacimiento que presenta una presión ultra-alta, algo que resultaba imposible de realizar con garantías.
Las empresas que han logrado este hito han sido la americana Chevron y la francesa TotalEnergies, que han unido sus fuerzas para ‘romper’ el lecho marino y desbloquear miles de millones de barriles de petróleo en el Golfo de México, usando una tecnología conocida como 20k (en referencia a los 20.000 PSI que es capaz de manejar que se explicarán a continuación), extrayendo el petróleo y gas natural de uno de los primeros proyectos de presión y temperaturas ultra-altas en todo el mundo.
Existe cierto consenso a la hora de considerar como presión ultra-alta a todo campo de petróleo o gas donde la reserva de crudo está a una presión de más de 12.500 libras por pulgada cuadrada o PSI. Estas clasificaciones provienen de estándares tecnológicos, es decir, de la capacidad de los componentes involucrados en el proceso de perforación y extracción para manejar las condiciones del pozo. Se llaman pozos APAT (Alta Presión Alta Temperatura) o HPHT (High Pressure High Temperature) a aquellos cuyos valores de temperatura de fondo y de presión estática, presentan una magnitud que sea considerada como fuera de los rangos considerados más habituales, que no suele superar las 12.500 libras por pulgada cuadrada señalada anteriormente. Este tipo de pozos de gran presión y temperatura son peligrosos.
Pues bien, el petróleo extraído pertenece a un campo que presenta presiones de 20.000 libras por pulgada cuadrada (PSI) y unas temperaturas extremadamente elevadas. Estos niveles de presión son alrededor de un tercio más alto que cualquier otro pozo explotado anteriormente. De este modo, en el proyecto Anchor, con una inversión de 5.700 millones de dólares, se emplea un equipo especialmente diseñado por las empresas de servicios petroleros NOV y Dril-Quip, junto a buques de perforación de Transocean. Con todo este equipamiento se ha logrado extraer petróleo de donde antes parecía imposible.
De este modo, la segunda mayor petrolera de Estados Unidos comenzó a bombear desde el primer pozo de Anchor a finales de agosto, mientras que el segundo ya está perforado y cerca de estar listo para entrar en funcionamiento, aseguraba Bruce Niemeyer, director de exploración y producción de petróleo de las Américas.
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