Desde tiempos remotos, la gente de mar ha sido sinónimo de coraje, resistencia y una profunda conexión con los océanos. Ya sean pescadores, marineros, pilotos de puerto o trabajadores de la marina mercante, todos comparten una vida marcada por la incertidumbre de las olas y la vastedad del horizonte. Son ellos quienes mantienen vivo el latido de las costas y alimentan las redes que sostienen al mundo.
La vida en el mar no es fácil. Jornadas largas, aislamiento, condiciones climáticas impredecibles y la constante lejanía del hogar hacen de esta una labor que exige vocación y fortaleza. Sin embargo, quienes eligen este camino suelen hablar del mar con un respeto y una pasión que sólo nace de la convivencia diaria con sus misterios y desafíos.
Más allá de su rol económico, la gente de mar representa un legado cultural invaluable. Sus historias, cantos, supersticiones y conocimientos ancestrales conforman un universo que trasciende generaciones y fronteras. Son narradores del viento y guardianes de tradiciones que, sin ellos, corren el riesgo de desaparecer.
En tiempos de globalización y automatización, es vital no perder de vista a quienes, con manos curtidas y mirada firme, siguen siendo pieza clave en el engranaje del comercio y la soberanía marítima. Valorar y proteger a la gente de mar es también cuidar el alma de nuestros océanos.
Por eso, desde Grupo Stier queremos darles las gracias por la labor que desempeñan y por confiar en nosotros para su formación. Feliz día de la Gente de Mar.